La literatura ecuatoriana se ha caracterizado por ser
esencialmente costumbrista y, en general, muy ligada a los sucesos
exclusivamente nacionales, con narraciones que permiten vislumbrar cómo es y se
desenvuelve la vida del ciudadano común y corriente.
La literatura ecuatoriana constituye el conjunto de
textos literarios escritos dentro de las fronteras de la República de Ecuador,
así como el conjunto de textos literarios escritos por escritores nacidos en
dicho país pero encontrándose en el extranjero.
Aunque la República de Ecuador, como la mayoría de los modernos estados latinoamericanos, no se forma
hasta comienzos del siglo XIX (concretamente, en 1809), la literatura
ecuatoriana aglutina también los textos escritos en el territorio que en esa
fecha pasó a ser independiente durante la época colonial. De esta manera,
habremos de considerar como parte de su literatura, por ejemplo, las crónicas
coloniales escritas por descubridores e invasores, así como cualquier otra
literatura producida durante la era colonial.
Pasando ya a la literatura ecuatoriana propiamente
dicha, o su literatura “nacional”, hemos de decir que al contrario que otros
países vecinos Ecuador no cuenta con autores de fama mundial, del tipo de los
García Márquez, Borges o Neruda. De hecho, es justo decir que la literatura de
Ecuador no es muy conocida más allá de sus fronteras.
Una
característica común a toda la literatura ecuatoriana es su naturaleza
básicamente costumbrista y, por lo general, unida casi exclusivamente a los sucesos y las costumbres
más propiamente locales. Los autores ecuatorianos han querido hacer ver cómo es
la vida del ciudadano común, tanto el habitante del campo como el habitante de
la ciudad. Jorge Icaza, por ejemplo, es un ejemplo perfecto de cómo los autores
ecuatorianos tratan de trasladar a sus lectores con todo el realismo posible a
sus mundos creados, que tratan con crudeza (en este caso, en concreto, lo que
se reconstruye es el mundo indígena).
Época
colonial y neoclasicismo
Eugenio Espejo
De escritos antes de la llegada de los españoles, no
se tiene ningún registro. Esto más que nada debido a que los incas no tenían un sistema
de escritura establecido, por lo que sus leyendas y demás debían ser pasadas de
generación en generación. En la época colonial en cambio, existen varios
escritos de indígenas ecuatorianos en quechua.
El más famoso de ellos es la llamada Elegía a la muerte de Atahualpa,
atribuida a Jacinto Collahuazo, un cacique nacido en las
cercanías de la ciudad de Ibarra.
Hablando de poesía, el máximo representante en Ecuador
para esta época es el padre Juan Bautista Aguirre (1725-1786), nacido
en Daule.
Su poesía, al igual que la de la mayoria de poetas coloniales, está guiada por
modelos españoles y es de temática casi exclusivamente religiosa. Otros poetas
coloniales ecuatorianos son Antonio Bastidas y Jacinto de Evia.
El primer periodista ecuatoriano, Eugenio
Espejo (1747-1795), de origen mestizo, fue un gran impulsor de la
equidad entre clases y razas. también fue un político y escritor destacado.
apoyó siempre a la modernización de la medicina en el Ecuador. Pues él mismo
tuvo problemas cuando quiso estudiar, por ser hijo de una indígena. Su obra,
periodística en esencia, muestra un carácter de guía, aunque al mismo tiempo de
rebeldía contra las prácticas coloniales españolas.
Romanticismo
El Romanticismo nace en Ecuador de la mano de la
poetisa quiteña
Dolores Veintimilla (1830-1857), la que exaltó
el amor, la lucha contra los prejuicios y una tristeza por amores no
correspondidos. Es célebre su poema Quejas,
muestra de la gran melancolía que la atormentaba y que la llevaría en última
instancia a suicidarse en la ciudad de Cuenca, en 1857.
Otros poetas románticos fueron el quiteño Julio Zaldumbide
(1833-1887) y el guayaquileño Numa Pompilio Llona (1832-1907). Éste último
gozó de gran fama tanto en Ecuador como en Perú, donde se radicó un tiempo. Fue
diplomático en España,
Italia,
Colombia
y Francia,
donde llegó a conocer al mismísimo Víctor Hugo.
En cuanto a la narrativa romántica, está el escritor ambateño Juan León
Mera (1832-1894), considerado además un clásico en la literatura
ecuatoriana e hispanohablante. Su obra maestra, Cumandá,
es también una de las primeras novelas ecuatorianas y un límpido símbolo de los
ideales del romanticismo. También escribió el Himno nacional del Ecuador y un libro de
cuentos, Novelitas ecuatorianas.
Modernismo
El Modernismo llegó a Ecuador
con considerable retraso respecto a los otros países. Razones para esto son las
constantes guerras civiles a las que el país estaba sometido a causa de las
disputas entre conservadores y liberales. Sin embargo, los exponentes del
modernismo en Ecuador alcanzaron un nivel de prestigio muy alto en toda América
y aún hoy siguen siendo incluidos en colecciones de poesía universal. Todos
tienen como característica haber leído a Baudelaire
y a Verlaine
en su lengua original, y sus poesías están llenas de evocaciones a la muerte y
al misticismo.
Los cuatro integrantes del modernismo en Ecuador
fueron los guayaquileños Medardo Ángel Silva (1898-1919) y Ernesto Noboa Y Caamaño (1891-1927); y los
quiteños Arturo Borja (1892-1912) y Humberto
Fierro (1890-1929). Estos fueron llamados posteriormente la Generación decapitada, principalmente por
que los cuatro se suicidaron y por las características en común que compartían
sus poesías.
Realismo social
El Realismo se inicia en el Ecuador con la novela de Luis A. Martínez (1869-1909) A la costa. Esta novela relata las pericias que tiene que pasar un muchacho de una familia conservadora quiteña cuando su padre muere. Se ve luego obligado a trabajar en una hacienda y al mismo tiempo a ver como su familia poco a poco se degrada hasta desintegrarse por completo. Todo esto con trasfondo de la victoria de la revolución liberal.Pero el detonante para la aparición de los temas sociales en la literatura es el libro Los que se van, una colección de cuentos de los guayaquileños Demetrio Aguilera Malta (1909-1981), Joaquín Gallegos Lara (1911-1947) y Enrique Gil Gilbert (1912-1973); los cuales, junto a José de la Cuadra (1903-1941) y Alfredo Pareja Diezcanseco (1908-1993), formaron el llamado Grupo de Guayaquil. Todos estos escritores comprometidos con los temas sociales y determinados a mostrar la realidad del cholo montubio tal y como era (con jergas populares, palabras vulgares, escenas fuertes, etc).
No hay comentarios:
Publicar un comentario